Carlos Parra/FFCH
Felipe Loyola toma su camiseta y se tapa la cara. Llora incluso. Está frustrado. Sabe que el 0-0 ante Ecuador selló definitivamente la eliminación de Chile del Mundial 2026. Por tercera vez consecutiva, la «Roja» deberá mirar el máximo evento planetario por TV. Por más que los números sigan teniendo «elástico», la realidad dice otra cosa: queda medirse con Argentina, Bolivia, Brasil y Uruguay. Las posibilidades de sumar los puntos que se requieren, que son prácticamente todos, son escasas.
La selección es última, con apenas 10 puntos y 9 goles marcados en 14 encuentros. Es el peor local de las eliminatorias, y también el peor visitante, condición en que apenas sacó un punto y anotó sólo un gol en siete encuentros. Un declive que confirma algo que se viene anunciando hace tiempo: se acabó la bencina de la generación dorada, con algunos de sus referentes todavía jugando y siendo convocados, y el recambio, el discutido recambio, no da nombres de similar jerarquía hasta ahora.
Sumando los dos últimos procesos clasificatorios, y también la Copa América 2024, Chile ha disputado 35 partidos por los puntos, con un saldo de 7 triunfos, 10 empates y 18 derrotas. Anotó 28 goles y recibió 41. Si se toma en cuenta un interino de Nicolás Córdova, la «Roja» tuvo cinco entrenadores en ese periodo: además del mencionado DT, pasaron Reinaldo Rueda, Martín Lasarte, Eduardo Berizzo y Ricardo Gareca. El «Tigre», que a todas luces ha tenido un decepcionante cometido en la banca nacional, esbozó tras el duelo contra Ecuador que le gustaría seguir pensando en el Mundial 2030, partiendo de cero. ¿En serio?
Si se toma en cuenta la formación titular del último duelo, por edad y proyección de cara al siguiente proceso deberían ser protagonistas Felipe Loyola (24 años), Gabriel Suazo (27), Vicente Pizarro (22) y Darío Osorio (21). Además, habrá que ver qué pasa con la selección Sub 20 en el Mundial que se disputará en el país, entre el 27 de septiembre y el 19 de octubre, si es que aparecen nombres que también puedan mencionarse como cartas para buscar la clasificación al Mundial 2030.
Para poder construir y mejorar, se debe tener voluntad, y lamentablemente el Consejo de Presidentes, el verdadero dueño del fútbol chileno, no está interesado en cambiar esta realidad. Se trabaja mal en divisiones menores, con escasa competencia y muchos clubes, si pudieran, incluso no tendrían área formativa, porque es un gasto, un «cacho». Que se vuelvan a alinear los astros para juntar un grupo como el de la generación dorada es muy complicado, más aún si hoy tampoco existen técnicos como José Sulantay que recorran el país viendo en terreno a los nuevos talentos. Hoy, esa elección también está condicionada a intereses de representantes y otros, como toda la actividad. Y mientras todo siga así, aunque aumenten los cupos, aunque clasifiquen 7 de 10 equipos, es probable que se siga viendo el mundial por TV.
